Una nutrición balanceada, descanso y actividad física sana contribuirán a tu bienestar general a medida que el embarazo se vuelve cada vez más demandante físicamente hablando. Aquí encontrarás algunos tips que te ayudarán a sobrellevar esos síntomas que puede que estés experimentando:

Dolor de cadera.

En preparación para el nacimiento de tu bebé, las hormonas hacen que las uniones alrededor de tu pelvis se aflojen. Esto puede causar dolor de cadera, normalmente en uno de los lados. Tip: Pregunta a tu médico qué ejercicios puedes realizar para fortalecer tu espalda baja y los músculos de tu estómago. Trata también con baños y compresas calientes.

Dolor de espalda.

A medida que tu bebé y tu útero crecen, tus músculos se estiran, lo que puede forzar los músculos de tu espalda. Tip: ¡Pide masajes de espalda! Descansa cuando sea posible. Mantén una postura correcta, usa zapatos cómodos y trata de hacer estiramientos. Limita cualquier esfuerzo de cargar pero si debes, usa tus piernas y brazos.

Calambres en las piernas.

Los calambres en las piernas se presentan  normalmente en las uniones de la pelvis, en preparación para el nacimiento, debido a mala circulación o porque tu bebé está presionando contra tus nervios. Esto normalmente ocurre durante la noche o muy temprano en la mañana. Tip: Manténte en movimiento. Camina a un ritmo moderado. Trata haciendo flexiones con las piernas estiradas (sin llegar a tus pies). Mantén tus piernas en una posición elevada. Habla con tu médico sobre el uso de cinturones de maternidad.

Ciática/Dolor en la espalda baja o piernas/Temblores/Adormecimiento.

El crecimiento de tu bebé puede poner presión sobre tus nervios ciáticos, que corren de tu espalda baja hasta tus pies a través de las piernas. Esto puede causar temblores, adormecimiento o dolor conocido como ciática. Tip: Puede que sientas alivio una vez que tu bebé cambie de posición. Mientras eso pasa, trata con baños o compresas calientes . También duerme del lado contrario al que sientas el dolor.

Dolor vaginal. 

Si en esta etapa sientes dolores punzantes en el área vaginal, puede que tu cérvix esté comenzando a dilatarse. Tip: Trata de relajarte, piensa que tu bebé pronto llegará.

Retención de líquidos e hinchazón.

La hinchazón de tus muñecas y tobillos es producto de la retención de líquidos y el aumento de estrógenos. El agua retenida ayudará con la descompensación de líquidos y flujo de sangre que se pierde durante el parto. Tip: Eleva tus pies cuando sea posible, usa ropa suelta y zapatos cómodos. Ejercítate para mejorar tu circulación (siempre consulta antes a tu médico). Incrementa tu consumo de líquidos y limita (o evita) los diuréticos, ya que éstos causan que elimines de tu cuerpo agua y sal. Consulta a tu médico para obtener recomendaciones.

Acidez.

La acidez puede provenir del ácido de tu estómago subiendo por el esófago o por la presión de tu bebé y el útero en tu estómago. Tip: Haz comidas frecuentes pero pequeñas. Limita alimentos grasosos o muy sazonados, así como alimentos procesados, chocolate o bebidas gasificadas. Trata de relajarte y comer lentamente. Si puedes, haz una caminata después de comer para mantener tus jugos gástricos controlados.

Estreñimientos.

Los altos niveles de hormonas así como tu bebé empujando, alentan tu tracto digestivo, causando estreñimiento. Tip: Toma agua suficiente, ejercítate (siempre consulta antes a tu médico). Come alimentos ricos en fibra como granos enteros, salvado y ciruelas pasas. Aprende más sobre cómo agregar fibra a tu dieta.

Ganas de orinar frecuentes e incontinencia.

A medida que tu útero se expande, éste aplica presión en tu vejiga, lo cual da como resultado ganas frecuentes de orinar. La incontinencia también puede ocurrir cuando ríes, toses o estornudas. Tip: Vacía tu vejiga completamente, usa protectores de ropa interior y realiza los ejercicios de Kegel para mantener el control.

Hemorroides.

El estreñimiento puede causarte hemorroides, esas dolorosas venas hinchadas alrededor del recto que pican y pueden llegar a sangrar. Tip: Come fibra suficiente, toma agua y haz ejercicio  para mantenerte. Trata de no pujar cuando vas al baño. Evita estar parada o sentada durante largos periodos de tiempo. Usa compresas congeladas. Toma baños con agua tibia y bicarbonato de sodio. Utiliza papel de higiénico suave, esto ayudará a aliviar el malestar.

Fatiga.

La fatiga en esta etapa es común considerando todo el esfuerzo físico que representa cargar un bebé que está en constante crecimiento.Tip: Relájate, de ser posible, toma siestas y ve a dormir temprano. Come bien y toma agua suficiente. Continua con tu rutina de ejercicio y nunca te apenes por pedir ayuda.                          

Insomnio.

Es común tener dificultades para conciliar el sueño durante el tercer trimestre debido al tamaño de tu estómago, las emociones, o la incomodidad provocada por los movimientos o la posición de tu bebé. Tip: Los carbohidratos activan la liberación de serotonina, la cual te ayuda a dormir, así que trata de cenar alimentos con alto contenido de carbohidratos como galletas, frutas o una tostada con jamón. Trata de dormir de lado con tus piernas ligeramente dobladas. Usa almohadas para sostener tu barriguita, entre tus piernas y, una más pequeña, para tu espalda.

Un consejo sano para tu embarazo.

Comienza a prepararte para la llegada de tu bebé. Considera pañales, ropa, sostén de lactancia o fórmula, biberones, cuna, etc.

Cosulta a tu médico.