Muchos bebés tienen reflujo en su primer año de vida, esto se debe a que el esfínter esofágico inferior -el músculo que conecta el estómago con el esófago-, no se cierra correctamente. Por ello, la comida del estómago puede regresar al esófago.

Esto es frecuente en los bebés porque su músculo aún se está desarrollando y no está completamente maduro. En la mayoría de los casos, el reflujo se resuelve con el tiempo, sin embargo podrías tomar algunas medidas simples para brindarle alivio a tu bebé.

¿Estás amamantando? Vigila tu dieta. Algunas mamás descubrieron que eliminar algunos alimentos, como productos lácteos, reducen el reflujo de sus bebés.

Intenta cambiar la leche de fórmula. Pregúntale al pediatra si cambiar a una espesada con almidón de arroz podría ayudar. Hay fórmulas de este tipo que han demostrado reducir la regurgitación en más de 50 %, sin descuidar la nutrición completa para tu bebé.

Cambia la posición de tu bebé. Cuando lo alimentes, sostenlo en posición vertical y mantenlo así durante 30 minutos después de comer. Durante este tiempo, evita colocarlo en un columpio o que tenga demasiada actividad.

Disminuye el caudal de alimentación. Si tu bebé se alimenta con biberón, verifica el tamaño del chupón, ya que es posible que esté tomando demasiada leche muy rápido. La mayoría de los chupones están marcados para coincidir con la edad adecuada.

Intenta dar menos comida, con más frecuencia. Si tu bebé toma leche materna, intenta limitar el tiempo en el pecho, pero aliméntalo con más frecuencia. Asimismo, si se alimenta con biberón, disminuye la cantidad administrada, pero que tome con más frecuencia. De esta forma, tu bebé recibirá la misma cantidad de comida, pero en cantidades más pequeñas y tolerables.

Siempre haz eructar a tu bebé. Las burbujas de aire (o gas) pueden provocar el reflujo o los “eructos húmedos”. Asegúrate que eructe durante la comida y después de ella. Si aún no has encontrado una posición que funcione, intenta alguna de éstas:

·       Sostenlo contra tu pecho (la cara de tu bebé frente a la tuya) y coloca el mentón sobre tu hombro. Luego, dale palmaditas y masajes en la espalda.

·       Sienta a tu bebé en tus piernas; sostén su pecho y cabeza con una mano, mientras le das palmadas en la espalda con la otra. Asegúrate de sostenerlo del mentón, no de la garganta.

·       Recuesta a tu bebé sobre tus piernas boca abajo. Dale masajes o palmaditas suaves en su espalda.

                                

Otros síntomas del reflujo. Si bien es muy frecuente que los bebés regurgiten (incluso con un poco de irritabilidad), por lo general se denominan “regurgitadores felices”, porque el reflujo no les genera grandes molestias. Sin embargo, los bebés que padecen una forma de reflujo más complicado se denomina enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el cual podría presentar los siguientes síntomas:

·       Problemas para tragar

·       Espalda arqueada

·       Dificultad para calmarse

·       Negarse a comer o comer muy poca cantidad

Aunque estos casos de reflujo son menos frecuentes, llama al pediatra si observas cualquiera de estos síntomas.

 

Para saber más

Para aprovechar al máximo la consulta con el médico, lee “¿Qué preguntas hacerle al pediatra acerca del reflujo?”. [Enlace al artículo]